Como cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca concientizar sobre la enfermedad de Chagas y el sufrimiento que causa, así como también lograr que todas las personas afectadas por esta enfermedad tengan un acceso equitativo e integral a los servicios y atención de salud que necesitan.
La enfermedad de Chagas se encuentra principalmente en América Latina, donde es endémica. Y dentro de las enfermedades que más preocupan en la región, esta afección ha escalado al tercer lugar detrás del Sida y la tuberculosis. A su vez, en las últimas décadas se ha observado un aumento en la cantidad de casos en Estados Unidos, Canadá, muchos países europeos y algunos del Pacífico Occidental, debido especialmente a la movilidad de la población.
“Esta enfermedad que no suele presentar síntomas, afecta a unos seis millones de personas y causa anualmente 12.000 defunciones en la región de Latinoamérica, por lo que resulta una amenaza para millones de personas que corren riesgo de contraerla”, afirma la doctora Valeria El Haj, de la obra social Ospedyc. “En nuestro país, se calcula que hay dos millones de infectados y el 30% de ellos podría presentar alteraciones cardíacas de distinto grado a lo largo de su vida”, enfatiza.
Asimismo, frente a esta endemia, una de las preocupaciones principales del Ministerio de Salud de la Nación, es que la mayor cantidad de nuevos casos se produce antes de los 14 años, y sobre todo en menores de cinco años.
Formas de contagio
“Esta enfermedad se transmite a través de los insectos conocidos como vinchucas infectadas con el parásito Trypanosoma cruzi, cuando la persona se rasca sobre la picadura e introduce las heces del insecto infectado en la herida. También se la puede introducir a través de las mucosas de los ojos o la boca”, explica la especialista.
Vías de contagio menos frecuentes son las transfusiones de sangre, el trasplante de órganos, la madre infectada que se lo transmite a su hijo durante la gestación, consumir bebidas o alimentos contaminados con materia fecal de vinchucas infectadas, o por el uso compartido de jeringas en usuarios de drogas intravenosas.
En días posteriores al ingreso del parásito en el organismo, aproximadamente el 8% de las personas infectadas presenta manifestaciones clínicas generales como fiebre prolongada, diarrea, dolor de cabeza, cansancio, irritabilidad, vómitos, falta de apetito y malestar general. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esta etapa inicial pasa desapercibida y sin síntomas.
Una de las complicaciones que presenta el mal de Chagas es que el 70% de sus infectados no tiene sintomatología, y el 30% restante evoluciona a cuadros crónicos que producen daño en el corazón, tubo digestivo y/o sistema nervioso.
“El acceso al diagnóstico es fundamental para poder realizar el tratamiento correspondiente, ya sea con medicación específica para eliminar el T. cruzi o alguna otra intervención médica destinada a disminuir los daños ocasionados por el parásito”, resalta El Haj.
Bebés, niñas, niños y adolescentes con Chagas pueden curarse si reciben el tratamiento médico adecuado. A su vez, las personas con capacidad de gestar en edad fértil reducen notablemente el riesgo de transmitir el T. cruzi en sus futuros embarazos al recibir el tratamiento específico (aunque no se puede asegurar que se van a curar). Los adultos diagnosticados con Chagas probablemente no se curen nunca, pero si reciben el tratamiento y la atención correspondientes podrán evitar o minimizar la gravedad de esta afección.
Estas acciones cotidianas de prevención se deben complementar con un control químico (uso de insecticidas) a las viviendas con presencia de vinchucas.
Legislación
En Argentina hay legislación (las leyes nacionales 26.281 y 26.279) que protege los derechos de los infectados, teniendo en cuenta que la oportunidad de un diagnóstico y tratamiento temprano brinda oportunidades de curar al paciente infectado o mejorar su calidad de vida.
Para más información, se puede acceder a la página oficial del Gobierno Nacional (https://www.argentina.gob.ar/).
Prevención: qué se debe hacer
- Mantener lo más ordenada posible la casa y sus alrededores.
- Ventilar diariamente las camas y las cunas.
- Limpiar detrás de los muebles y objetos colgados de las paredes.
- Mover y revisar con frecuencia los objetos amontonados.
- Construir los corrales con alambre o palo a pique; si no es posible, cambiar la enramada una vez al año.
- Tapar grietas y agujeros de las paredes y techos.
- Poner los gallineros y corrales lo más lejos posible de la vivienda, para que no entren a la casa las vinchucas que estén instaladas allí.
- Procurar que perros y gatos duerman en un lugar resguardado fuera de la vivienda.
- Los palomares constituyen sitios de cría de las vinchucas. Se debe impedir que las palomas hagan nidos cerca de las viviendas.
- Si la vivienda tiene techo de paja, es de suma importancia revisarlo y, si es posible, cambiarlo una vez al año.